jueves, 18 de agosto de 2011

SERAPIS BEY, Chohan del cuarto rayo

Serapis Bey es el Chohan del cuarto rayo, jerarca del Templo de la Ascensión en Luxor, y el 13th miembro del Consejo de Adeptos del Templo de la Ascensión. También es conocido como “Serapis Soleil”, Serapis del Sol.
El cuarto rayo es la llama de la ascensión, la luz blanca de la Madre en el chakra de la base de la espina. Procede de esta luz blanca la arquitectura, los principios matemáticos, los fundamentos de la construcción en el Templo de la Materia y de la pirámide del Ser. En la presencia de Serapis, uno conoce una concepción enteramente diferente  de lo que llamamos el Cristo, la persona Real de todos nosotros.
Conocido como el Gran Disciplinador, Serapis viene desde Venus con el Anciano de Días para encender nuevamente el fuego sagrado en los  chakras de una humanidad caprichosa. Su gran entusiasmo en reclamar a los hijos del hombre como reyes y sacerdotes de Dios aumentó hasta convertirse en una llama de voluntad de hierro, determinación y disciplina.
El fue un sacerdote en el Templo de la Ascensión en la Atlántida. Como guardián de la llama de la Ascensión, él la llevo de manera segura subiendo por el Río Nilo hasta Luxor, justo antes del hundimiento de la Atlántida. Serapis nos alcanza a vislumbrar un poco de esta experiencia: “Recuerdo bien cuando los primeros comentarios acerca del hundimiento de la Atlántida empezaron a resonar. Pues, como sabe; is, el hundimiento del continente sucedió por etapas. Por la gracia de Dios, la advertencia dada permitió a muchos escapar. Y nosotros nos hicimos el camino hacia Luxor…
“Os preguntareis por qué una llama espiritual requiere de ser transportada por simples mortales. Ocurre siempre así que los hijos de la Luz tienden a pensar que tales cosas sucederán mágica y milagrosamente. Quizás un toque de cuento de hadas se ha derramado sobre la religión, y las personas han olvidado que todo lo que ha sido tejido por Dios y el hombre ha sido un trabajo en conjunto y esfuerzo como arriba, así abajo. “Os diré, entonces, por qué es así- porque el único lugar donde la llama puede verdaderamente habitar, aparte del altar así dedicado, es el corazón viviente del adepto viviente”.
 En Egipto, Serapis y quienes lo acompañaron construyeron el Templo de la Ascensión, y desde ese lugar han guardado la llama alternando deberes mientras que continuaron reencarnando específicamente para tal propósito esta llama es el Ethernal en acción de ascensión.
Serapis Bey continuo reencarnado en la tierra del Nilo precediendo su ascensión hasta cerca del 400 A.C. En esas vidas él se convirtió en el patrocinador de algunas de las más grandiosas proezas que jamás han sido traídas sobre la tierra.
Serapis fue el arquitecto de la Gran Pirámide y El Morya fue el maestro Mason. La Gran Pirámide es la escultura en piedra del registro del sendero de iniciación  por medio del cual el alma, empezando en la Materia, la base de la pirámide, los cuatro lados, se eleva desde el centro de la pirámide hasta el ápice. El elevamiento de esa llama es la meditación en la luz blanca que viaja en el cuerpo físico desde la base de la columna hasta la coronilla.
Serapis encarnó como el Faraón Egipcio Amenhotep III (reinó de 1417 – 1379 A.C.), el hijo de Tutmosis  IV y el nieto de Tutmosis III, una encarnación de Kuthumi. Su hijo y sucesor al trono  fue Amenhotep IV, conocido luego  como Akenatón. 
" Amenofis IV o Amenhotep, del que poco se conoce antes de su llegada al poder, pronto destacó por su interés por la filosofía, la espiritualidad y la mística. Habiendo recibido la iluminación de Dios decidió cambiar de nombre y se hizo llamar Akhenatón (El que es grato a Atón), constituyéndose en profeta de unas nuevas creencias según las cuales la vida en nuestro mundo es un don del dios supremo, dios que se distingue esencialmente por su bondad y que el faraón identificaba con la Luz del Sol (el Disco Solar o Atón), en cuya energía se encuentra la clave de la vida.
Himno a Atón
"Mas cuando has partido, cuando duermen
Todos los ojos que tú has creado,
Cuando nadie puede contemplar tus obras,
Estás muy dentro de mi corazón,
Y no hay nadie que te conozca
Sino tu hijo Neferheperure Waenre (Akhenatón),
Pues le mostraste tus proyectos y tu fuerza
Podemos destacar que dadas las enseñanzas que tubo desde pequeño Akhenaton IV ,  era natural y lógico la creación de una nueva forma de culto dentro de la religión Egipcia , la adoración a un solo Dios, Atón, el sol central.
Podemos distinguir en él la marcada inspiración de su padre Serapys Bey en su educación, que término por fundir y consolidar el culto a un solo Dios, siendo la primera manifestación de culto monoteísta dentro del antiguo Egipto. El total y absoluto reconocimiento de que procedemos de una energía inteligente que nos sostiene y crea.
Esta energía que se manifiesta en toda la creación del universo.

Su reinado
Durante el reinado de Serapis, Egipto estuvo en la plenitud de su prosperidad, paz y esplendor, lo cual era la manifestación directa de su comunión con la llama de su corazón.
Amenhotep III fue considerado como el más grandioso gobernante sobre la tierra. El mantuvo un alto nivel de pacificas relaciones diplomáticas con todas las naciones durante la mayoría de su reinado. Parte de la gran riqueza de sus tesoros fue destinado a la construcción de magníficos templos  y palacios. Él agrando el ya existente Templo de Karnak del Nilo, y construyo un enorme templo funerario, cuyos restos son conocidos hoy como el Coloso. Las monolíticas estatuas sentadas no cubiertas en las orillas del río. El buscó representar en piedra el entendimiento del orden jerárquico de iniciados, de maestros ascendidos, de reyes filósofos  quienes caminaron sobre la tierra durante eras doradas más tempranas.
Su construcción mas grandiosa fue aquella del Templo de Luxor, el cual permanece parcialmente intacto hasta el día de hoy. Este templo encarno en su geometría y diseño la representación de la ley esotérica que ha sido pasada por medio del sacerdocio durante generaciones. Está erigido como un detallado libro de ciencia, arte y filosofía. El Templo de Luxor es la contraparte física del retiro etérico del Templo de la Ascensión.
Templo de Luxor.
Sello de Amenhotep III
Serapis también encarnó como el líder espartano Leonidas (murió en el 480 A.C.), que dirigió a los Griegos en su resistencia contra la inmensa invasión Persa en el paso de las Termopilas, entrada de la Grecia Central. A pesar de que los persas superaban estrepitosamente en número a los Griegos, Leonidas resistió el avance del ejercito Persa bajo el Rey Jerjes por dos días.  En el tercer día, cuando los persas se acercaban por la parte trasera y no había refuerzos a la vista, Leonidas despidió a la mayoría de sus tropas. Asistido por los aliados Griegos restantes, Leonidas y su guardia real espartana de trecientos pelearon hasta el último hombre. Su resistencia heroica permitió a la tropa griega retirarse y posteriormente vencer a los persas. El Ejemplo de Leonidas ha ayudado a continuar la chispa de identidad nacional de la nación Griega. Los registros akásicos revelan que los trescientos espartanos fueron la reunión de los trescientos Chelas de Luxor que estaban en encarnación con Serapis. Fueron un extraordinario tipo de hombres. Algunos han ascendido, otros permanecen en encarnación.
Serapis encarno también como el escultor Fidias durante el quinto siglo antes de Cristo. Fue considerado como el más grandioso de los escultores griegos. Fue el arquitecto del Partenón, supervisando de manera exquisita su construcción maestra. Dentro del Partenón, él coloca su trabajo más famoso, la estatua en oro y marfil de Palas Atenea, la representación de la figura de la Madre, la Diosa de la Verdad.
Estando parado frente al Partenón, uno se encuentra en la presencia de una pieza de arquitectura diseñado por un individuo que sabe el uso de la forma, simetría, geometría, y ángulos para el resguardamiento de una llama. El campo de fuerza del Partenón contiene la llama esencial, así como el Templo de Luxor y la Gran Pirámide.  Fidias creo también una gigante estatua de Zeus  el sol de oro y marfil que estuvo en el templo de Olimpia. El fue también pintor, tallador y maestro del trabajo en metal. Su arte esta caracterizado por belleza exaltada y espiritualidad, y vivió como la última personificación de la era dorada de los artistas maestros Griegos, que tuvo una duradera influencia en todo el subsecuente arte Occidental.
Durante era Helenística, del 323 al 321 A.C., Serapis se convirtió en uno de los dioses más importantes de los panteones griegos y greco-romanos. Era reverenciado como el patrón de los reyes Ptolomeos de Egipto y como la deidad fundadora de  la gran ciudad de Alejandría. Hay numerosos registros históricos  del contacto de Serapis con hombres a lo largo de Egipto y Asia Menor, y hay cerca de 1.080 estatuas, templos, y monumentos dedicados a Serapis  erigidos durante esa era. Sin embargo, tarde en el cuarto siglo después de Cristo, el emperador Teodosio emitió edictos contra el politeísmo y los cristianos tomaron esto como licencia para atacar a los paganos, incluyendo los partidarios de la religión es de misterios. El Obispo Cristiano de Alejandría provoco turbas para destruir el gran símbolo del paganismo en Alejandría, el templo de misterios del dios Serapis.
Serapis Bey jugó un rol importante en el forjamiento inicial y dirección de los esfuerzos de la Gran Hermandad Blanca durante el siglo XIX. Entre las primeras cartas de los adeptos y maestros a los fundadores de la Sociedad Teosófica se encontraban las de Serapis Bey  y la Hermandad de Luxor.
Serapis tomo cargo personal de la dirección del chelado de los amanuenses Helena Blavatsky y del Coronel Henry Steel Olcott, quien fue el cofundador y el presidente de la Sociedad Teosófica. Durante seis meses precediendo la formación de la sociedad en 1875, Serapis envió muchas cartas de ánimo e instrucción al Coronel  Olcott. Las cartas estaban escritas en su mayoría en pergamino grueso de color verde en tinta dorada, firmadas por la  escritura de Serapis y grabadas con un símbolo esotérico de la Hermandad de Luxor. Es característico de las cartas escritas a Henry Olcott que él continuamente le da la exhortación  “Intentar”. El maestro Serapis hizo énfasis en la necesidad de coraje y valor, mismos rasgos que reflejo siendo Leonidas.
Hoy el maestro ascendido Serapis Bey ocupa una posición clave entre los chohanes. El cuarto rayo es el punto medio entre tres de un lado y tres del otro. La figura central del cuatro es clave porque es la fusión de la luz blanca y el nexo del flujo de energía de la figura del ocho.
Serapys Bey tiene a su mando legiones de serafines. El tiene un gran logro en el manejo de la geometría y diseño divinos.  Asiste a sus discípulos en la auto-disciplina necesaria para la ascensión: la disciplina de los cuatro cuerpos inferiores para que el Cristo pueda aparecer y usarlos como vehículos para el servicio y el logro en el mundo de la forma.
 “Actas sobre la Ascensión” es un libro acerca del sendero de la Ascensión. Contiene enseñanzas de las clases que Serapys conduce en el Templo de la Ascensión, y por medio de él, puedes anclar en tu conciencia aquello que aprendes en el Templo de la Ascensión en Luxor mientras tu cuerpo duerme en la noche. El expone los requerimientos para la ascensión y provee una detallada explicación e instrucción del proceso de la ascensión.
Serapys nos dice “Tu asciendes diariamente”. Nuestros pensamientos, sentimientos, y actos diarios son pesados en el balance. No ascendemos en un instante, sino mientras que gradualmente pasamos las pruebas  y ganamos nuestras victorias individuales. El registró entero de todas  nuestras vidas anteriores y momentums de bien y de mal deben ser contados; y entonces, cuando hayamos traído el 51% de toda la energía que nos ha sido asignada para ser balanceada con la pureza y la armonía del Gran Ser Divino, se nos ofrecerá el regalo de la ascensión. El 49% restante deberá ser balanceado, transmutado o purificado, desde las octavas ascendidas a través del servicio a la tierra y sus evoluciones.
La nota tonal del templo de la ascensión es “Liebestraum” por Franz Liszt.
 También debemos destacar dos encarnaciones del nuestro maestro como Hermes trimigesto es decir tres veces el grande, quien no era otro que Thot el Dios Egipcio y Enoch el primer maestro de la humanidad.

Les dejo aquí unos escritos bajados en canalización del libro:
“Un Manual para la Ascensión “del Maestro Serapys Bey.
“Mi nombre es Seraphis. Este nombre se asocia generalmente con las antiguas escuelas de misterios; pero mi energía es mucho más antigua que eso. Se me veneró como el Dios Osiris en la Atlántida, como Hermes Trismegisto y como Thoth; he estado activo en este planeta durante mucho más tiempo que eso.
Obviamente, las actividades de las escuelas de misterios no eran reveladas al público y eso generó leyendas acerca de las enseñanzas y de los ritos de iniciación. Estos ritos deliberadamente eran restrictivos para generar sobrecogimiento y respeto de parte del público a los iniciados; pero la razón principal para estas restricciones tan rigurosas, era la de cambiar la imagen propia de los iniciados.
Ellos creían que si pasaban las pruebas quedaban marcados como poseedores de unas habilidades y conocimientos psíquicos  especiales. Esta creencia, por supuesto, hacía que la adquisición de tales conocimientos y habilidades fuera mucho más fácil.
Muchos de los iniciados no comprendían que todos las demás personas también poseían esas habilidades y que era sólo la ignorancia de los demás la que las mantenía latentes. Todos podían ascender, pero sólo los iniciados creían que podían hacerlo. “

“Eso nos trae hasta ti. Puedes no verte como un iniciado de una escuela moderna de misterios, pero lo eres. La mayor parte de las cosas que a los iniciados de la antigüedad se les enseñaba está disponible de manera generalizada hoy en día en libros, incluyendo a éste. También las mismas clases de instrucciones para las habilidades psíquicas  están disponibles de manera generalizada hoy. Si esto te sorprende, recuerda que la mayoría de la población en los primeros días no sabía leer y estaba gobernada por aquello que tú llamarías superstición primitiva. “

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